jueves, 31 de diciembre de 2009

Fin de año pasado

Una vida es una muerte. Eso es lo que dice en la tarjeta que comienza a ponerse amarillenta. Fue un gran adiós de año aquel junto a Pamela, a su tarjeta bellamente firmada.

martes, 22 de diciembre de 2009

Ni un millón de Pamelas

Después de meses encerrado salí a caminar bajo un sol poco piadoso y por cuestiones humillantes como el novio nuevo y ruidoso que mi abuela trajo o robó de una pesadilla nazi o de un mal viaje de droga sucia, de cualquier droga sucia que hay ahí, al alcance, y bebedor el anciano, como ella. Y harto también de Foucautl y Nietzsche y Sartre y toda la filosofía que este año digerí a base de puteadas a mi ex novia (no Pamela) si no mi última ex, a quien conocí cuando vino a hacer una encuesta a favor del campo ¿Era ingenua? tal vez pero no importa ella ahora. Caminaba por un barrio aledaño al mío, perdido, sofocado como cualquier porteño cuando de pronto una risa platinada cruzó el aire o se iluminó como una bengala portada por una cara vagamente conocida, miré sin ver (creo que trataba de no pensar en el espectáculo de mi abuelita y su nazi, encaramados sobre botellas de whisky y pastillita) quizás miré con mi mejor cara de Beatteljuice mezclada a la del Coyote que persigue al pajarraco, hasta que la risa me dice me dice "hola" y yo, me dije, a esos rasgos los conozco pero claro, traté de razonar, los meses encerrados, la palidez mía, la loca encuestadora, los gritos beodos de abuelita, la tristeza concubina de abuelito, dije pensé, esa cara pero no, me dije, esos ojos resecos, su sonrisa disparada contra un aire pálido, su forma de acercarse y fingirse tanto a Pamela pero una versión más entrada en carne y menos oscura, y ah, hola Justina, hola dice de nuevo esa rústica Pamela, que lindo que estás, dice y su sonrisa pasa a risita que comienza a entristecerme la tarde definitivamente pálida, a abertura por donde una oscura serpiente muestra su lengua y sisea y dice: estás más gordito, cambiado, se te ve muy bien, muy lindo dice la primitiva proyección de Pamela y de pronto: por que vos y yo no tuvimos nada? Iba decirle quizás porque yo la tuve a ella, a la verdadera, la que tomaba clonazepam y poesía con la misma intensidad enloqueciendo con una y otra droga, la que me miraba con el desprecio y la pasión y la adoración entremezcladas como tres religiones enfrentadas y a la vez unidas en sus pupilas, a esa hija de puta que si en una discusión no había logrado imponerse ni aún diciendo "me voy a matar" desaparecía y no había manera de encontrarla, de la que luego nos enteramos que se escondía en el ropero cuando alguien se aproximaba a su cuarto y se podía quedar allí un día entero, y más quise decirle, gritarle que un millon de hermanas no harían una Pamela, e iba a decirle lo de dios ha muerto, el hombre ha muerto, el sujeto sujetado y esas cosas, de los llamados intensivos de la ex encuestadora pero, le dije y sonreí como mi abuelita sonríe cada vez que abuelito se entera que ella tiene novio nuevo, blaf blaf blaf sonreí creo que es porque voy desacostumbrandome a los aquellarres, dije y la tarde se instalaba detrás de un cristal de pecera asfixiante.