miércoles, 24 de febrero de 2010

Borgeano

el anciano
recibe el frío en su rostro
camina despacio
apoyado en el bastón
sospecha que ese lugar es extraño
pregunta por las bocinas
por la urgencia
por los malevos
interroga en lunfardo al infinito
hace tiempo que lo expulsaron los espejos
y viene intuyendo la muerte como un libro sin orden
ni sentido
lleno de páginas en blanco

y si volviera a nacer nada habría cambiado
habría andado por los mismos laberintos
sin el hilo de ariadna/kodama
por los mismos senderos
en la misma ceguera
que, después de todo, es un mal favorable para un poeta

o cambiaría este instante
donde sospecha
se le hace cuento que se está muriendo en buenos aires

..................

El amor en sus colillas

Sí, nos amamos.
A golpes.
A arañazos,
con furia y con ternura.

Habían pasado las adiciones
en largas caravanas;
multitudes demacradas,
clows asesinos,
madres violadas
en la tv.

Río de alcohol,
ríos de angustia,
ríos hilarantes.

Sólo faltaba la adicción a tu concha,
incurable, por cierto.

Sí que nos amamos.
Apagamos puchos en nuestras espaldas.

2 comentarios:

  1. tu poema me hace acordar a un año sin amor, excelente pelicula sobre las formas del amor, y creo que aqui, me muestras lo mismo, a las otras formas de amor y esta bueno ver todas las opciones.
    (gracias por leerme)

    ResponderEliminar
  2. Gracias Lola... nunca he querido colgar poemas aquí; bah, quiero decir en un principio el blog fue para escribir pensamientos, cositas pequeñas, algunas de mis pinturas.. pero bueno fue ganando otro motivo, como habrás leído y de ahí a estos poemitas que ni siquiera me gustan... o que no tienen más pretensiones que lo que dicen bajito. Gracias por pasarte por aquí.

    ResponderEliminar

Han maldecido