domingo, 28 de febrero de 2010

Que lava y enfría

Ella corre, desnuda, por supuesto, detrás van cayendo paisajes de guerra, teatros de guerras, soldados armados con lanzas, escudos, pistólas laser, hachas de piedra; soldados de viejas y antiguas guerras y épocas; romanos cuyas capas rojas danzan en el aire mientras dan una y otra y otra vuelta y caen heridos de muerte ya, iroqueses intrepidos pintados por la mano que habrá de cerrar sus ojos, lanzando alaridos donde tiemblan espejos y cielo; legionarios sedientos bajo el sol de áfrica tropezando como si de pronto los hubiera alcanzado un gas venenoso, como si sus cuerpos buscaran salirse de sí mismos; ella corre sobre el delgado oleaje en que apenas sus pies se hunden; y detrás, ah detrás, se inicia el prodigio, el eléctrico parpadeo de la vida, una y otra vez, y los planetas estallando... desnuda ella, con la cabellera rubia de sol, y detrás, detrás se caen y levantan imperios, y cada hombre muere y pasa por su cuerpo y yo la espero llegar ah desnuda corriendo con sus ojos en la desmesura de su sexo bajo la lluvia que lava y enfría la tarde.

3 comentarios:

Han maldecido